PÍLDORA 14: el líder humilde y el ‘Efecto Trump’

Hace poco leí en un post cuáles eran las competencias claves en un líder de nuestro tiempo. Se definía a los líderes ideales como personas HUMILDES, DIGITALES Y CERCANOS. Podemos incluir las capacidades digitales entre nuestras competencias (“eso te llevará a ti una tarde”, como le dijeron a Zapatero). Quizá no es tarea fácil, pero es algo que se puede adquirir. En el caso de la humildad y la cercanía, en realidad hablamos de la misma fortaleza. ¿Puede ser adquirida por una persona de manera voluntaria? ¿Podría Trump aprender humildad?
La diferencia fundamental entre el enfoque “competencias” y el enfoque “fortalezas” es precisamente esto. Las competencias son habilidades que se pueden adquirir y las fortalezas son habilidades con las que nacemos, son competencias naturales. 

Desde el enfoque de competencias en recursos humanos, se supone que cualquier capacidad del ser humano se puede adquirir. De hecho, se espera que lo haga: ésta es tu posición, éstas son las competencias que tienes que tener para ejercerlo adecuadamente. 

Cualquier persona puede adquirir un perfil digital si se lo propone, desde luego. En el caso de la humildad, las cosas no son tan fáciles. Si alguien no posee la fortaleza de la humildad ¿puede formarse para adquirir esta fortaleza? Si no eres perseverante, pongamos por caso, ¿puedes aprender a serlo? ¿Puede Trump aprender a ser humilde? 

Se puede aprender a entender la importancia de su valor, se puede aprender a comportarse como si uno fuera humilde, pero ese aprendizaje es especialmente dificultoso para quien no es así. Es –podríamos decir- antinatural. 

Desarrollar una fortaleza que ya tenemos –es decir, utilizarla en nuestro día a día. Comportarnos con humildad si somos así- es muy fácil porque no requiere esfuerzo por nuestra parte. Adquirirla a través del aprendizaje desde un enfoque competencial es mucho más difícil. 

Trump no es humilde, puede intentar comportarse de manera cercana, empática y sensible a las necesidades de los demás, pero siempre sería muy forzado, no está en sus fortalezas, en su ADN (además, no le interesa ser de otra manera, elemento básico para hacer cambios personales)

En cualquier caso, los líderes deben ser conscientes de aquello que sus empleados valoran especialmente y elaborar estrategias con su equipo para suplir sus propias carencias. Si eres un líder positivo, habrás detectado las fortalezas de tu equipo y podrás apoyarte en las personas que te rodean para que suplan tus carencias, haciendo un buen trabajo en equipo. Si no eres humilde, reconocer que no lo eres y apoyarte en otras personas del equipo para, por ejemplo, comunicar según qué cosas, es en sí mismo un acto de humildad.

Trump podría encontrar entre su equipo a un comunicador que se encargara de las relaciones con la prensa, de las destituciones, de las comunicaciones a los ciudadanos, alguien con empatía y asertividad que incluyera la diplomacia y la discreción entre sus fortalezas y las aplicara en sus comunicaciones con el mundo: periodistas y directores de FBI incluidos. En sí mismo, esto sería un acto de humildad: reconocer que necesito apoyarme en alguien que tenga unas fortalezas que son claves para ejercer mi cargo.

Si eres líder o tienes la responsabilidad de dirigir un departamento de RRHH y quieres formarte en el Enfoque Fortalezas, contacta con nosotros en info@emotionhr.com.

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