Píldora 34: te mereces ser feliz

¿Sabes que tienes derecho a ser feliz? ¿Y por qué no lo eres? Seguramente porque te impones un límite para no serlo, y ese límite está dentro de ti. ¿A qué esperas para eliminarlo?

Abraham Lincoln dijo en una ocasión: “La mayoría de la gente es tan feliz como decide serlo”.  Analizando sus palabras, podemos concluir que nosotros nos permitimos serlo o no. Pero, ¿eso tiene sentido? Antes o después de responder, y si te apetece, echa un vistazo a las anteriores píldoras de la felicidad.

La mayor barrera en la carrera hacia el bienestar está dentro de nosotros mismos. Para vivir una vida feliz debemos sentir que nos lo merecemos, simplemente por ser lo que somos y cómo somos.

También Marianne Williamson dejó dicho lo siguiente: “Nuestro miedo más profundo no es que seamos ineptos o incompetentes. A lo que más tememos es al hecho de que nuestro poder supera cualquier medida. Lo que más nos asusta no es nuestra oscuridad sino nuestra luz. Nos preguntamos qué derecho tenemos a ser brillantes, atractivos, talentosos y maravillosos cuando en realidad, ¿por qué no vamos a tener ese derecho?”. 

Hay muchas maneras de no permitir que lo bueno entre en nuestra vida, cerrándonos a recibirlo. Aquí te proponemos tres de las razones más comunes:

· Nuestro valor: creemos que no tenemos valor suficiente para optar a aquella/s cosa/s que nos gustaría que estuvieran en nuestra vida (éxito, estudios superiores, tener pareja, etc.).

· Capacidad: aunque nos gustaría conseguir aquello que nos haría felices, no nos sentimos capaces de obtenerlo. Simplemente dudamos de nuestra capacidad para conseguirlo, y por lo tanto, olvidamos luchar por ello y tiramos la toalla antes de empezar.

· Postergarlo: nos decimos a nosotros mismos que hasta que no consigamos esto o lo otro –sea profesional o personal- no nos permitiremos sentirnos bien.

Todos conocemos a personas que se conforman con una vida que no les gusta, que consideran que no pueden hacer nada para cambiarla, que se merecen vivir así. La razón por la que valoran qué les corresponde conseguir en términos de bienestar y que no es un misterio. En realidad, es el límite que personalmente se han impuesto.

Cada uno sabe qué le hace o le puede hacer feliz, pero casi todos desconocemos la razón por la que no actuamos para conseguirlo, y no es otra que estar convencidos de que no lo merecemos. Cuando no aceptamos que podamos merecer el disfrute y la alegría que la vida pone a nuestra disposición, de manera inconsciente o deliberada, nos “ponemos palos en las ruedas” de nuestro propio bienestar, negamos nuestros talentos y nos hacemos infelices a nosotros mismos, cayendo en el nihilismo.

Desde aquí afirmamos que absolutamente todos nosotros nos merecemos aquello que ansiamos para nuestras vidas. Nacimos con un corazón que anhela nuestro bienestar y con capacidad para procurarnos nuestra propia felicidad. Son las creencias limitantes las que nos impiden conseguirlo, y está en nuestra voluntad cambiar esas creencias para sentirnos merecedores de todo lo que la vida pueda ofrecernos para contribuir a nuestra felicidad.

Si quieres contarnos tus dudas o tu caso concreto, somos todo oídos. Escríbenos a info@emotionhr.com.

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