Píldora 24: cómo combatir la soledad

La soledad. Ese terrible estado que desarma voluntades y derrota el alma hasta más optimista si la sufre. Aunque en soledad también se puede ser feliz. ¿Quieres saber cómo? Sigue leyendo...



La soledad mina la salud, el estado de animo, y termina por acabar con la persona. Ese es el gran drama de la soledad. Pero, antes de seguir leyendo, repasa el resto de píldoras de felicidad. Lo puedes hacer aquí.

La paradoja de la creciente sensación de soledad en medio de la superpoblación de las grandes ciudades nos situó hace tiempo ante este fenómeno que, con el transcurso de los años, se ha agravado con la aparición de los nuevos modelos de familia monoparental, originados en su mayoría por el número creciente de divorcios, y también debido a la nueva situación de nuestros ancianos, que viven en sus casas hasta el final de sus días atendidos por personas externas que no forma parte de su familia.  

En una sociedad como la española, tradicionalmente estructurada en torno a los sólidos cimientos de la familia, donde no era común la separación de los cónyuges y se acogía a los mayores en la última etapa de su vida, el arrope de la familia era fundamental para eliminar los efectos de la temible soledad. Sin embargo, en el momento presente muchos nos sentimos solos.

La soledad es un terrible fantasma que produce miedo. El ser humano es social por naturaleza, y en su esencia está el compartir su vida con otros seres humanos. Se trata de una necesidad vital. Sin embargo, es posible vivir la soledad con felicidad, y es necesario que desde el momento presente todos comencemos a experimentar en nuestras vidas el valor que la soledad, desde el punto de vista del crecimiento personal, ofrece a las personas.

En numerosas ocasiones, la dependencia emocional es la causa del miedo a la vivir en soledad. Nos involucramos en relaciones de pareja o en relaciones madre/padre-hijos en las que no vivimos nuestra relación con naturalidad, sino en términos de necesidad. La dependencia emocional requiere de la presencia del otro para que construya nuestra felicidad. Por lo tanto, no nos permite crear nuestra esfera personal de riqueza afectiva e intelectual que construimos en la más completa soledad, y que nos permite aumentar nuestra autoestima al generarnos placer cuando trabajamos sobre nosotros mismos para mejorar continuamente.

Las personas separadas suelen experimentar este crecimiento al toparse de golpe con una situación en la que deben vivir sin pareja, sin apoyarse emocional e intelectualmente en otra persona, y a través de la que inician una aventura en la que se enriquecen a través de experiencias generadas en la total independencia. Se puede no estar solo aunque no compartamos la vida con alguien. Estamos con nosotros mismos, nos cuidamos, buscamos nuestra realización personal a través del desarrollo de nuestros talentos. Disfrutamos, en definitiva, de nuestra soledad dedicándonos a lo que constituye nuestra pasión: escribir un libro, tocar con un grupo (siempre quisimos hacer esto), estudiar cocina o involucrarnos en áreas deportivas que siempre constituyeron un reto y que, por falta de tiempo o las numerosas ocupaciones, nunca pudimos llegar a conseguir. Cada uno lo que le motiva especialmente.

En resumen, las personas que viven solas tienen la oportunidad de desarrollar sus talentos, y hemos visto en anteriores píldoras que poner en desarrollo nuestras fortalezas constituye una de las mayores fuentes de felicidad. 

Los mayores, por su parte, suelen sentir la última etapa de su vida como devastadora para su felicidad. Muchos de ellos se sumergen en la resignación de la última madurez, se resignan a vivir el final, sin más. Las personas que se han ocupado durante su vida de desarrollar sus fortalezas suelen ser más vitales y estar más activas en la vejez porque la motivación que supone hacer aquello que está en tu esfera de talento te impulsa a estar permanente activo, tanto física como intelectualmente, lo que ayuda a retrasar la degeneración propia de la vejez. 

Recuerda que eres responsable de tu felicidad y que sólo tú te la puedes procurar. En lugar de lamentarte porque no ves demasiado a tus hijos a causa del divorcio, cultiva tus pasiones para que el momento en que estén contigo les hagas partícipes de tu plenitud. Con ellos se trata de calidad, no de cantidad. Si vives en un centro de ancianos, organizad coreografías entre vosotros o una obra de teatro, así vuestros hijos y nietos estarán ansiosos por visitaros. Si eres solter@ y no tienes pareja, dedica tu tiempo a hacer aquello que te entusiasma; probablemente atraerás a alguien que encuentre irresistible tu manera de vivir. 

PRACTICA
1. Si por las circunstancias de la vida te sientes solo, sin pareja, sin amigos, sin tu familia, céntrate en aquellas cosas que habitualmente te hacen sentir bien (bailar, patinar, tu pequeño huerto, la escalada, componer canciones, lo que sea). Estas actividades son aquellas que realizas con excelencia. Son tus fortalezas, tu talento.

2. Haz una lista con todas esas cosas que te apasionan y elige por dónde empezar. 

3. Comienza a volcarte para desarrollar esa actividad planteándote metas coherentes y realizables en el tiempo.

4. Disfruta con ello, siéntete feliz mientras practicas lo que te apasiona. 

5. Los demás se verán irresistiblemente atraídos por ti, tengas la edad que tengas, irradiarás felicidad y entusiasmo. Dejarás de estar solo cuando aprendas a disfrutar de la soledad.

Si necesitas más información sobre este y otros temas, puedes escribirnos a info@emotionhr.com.

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